Marcelo era (ya murió de depresión!) un joven promedio (léase mediocre!) que disfrutaba del fútbol la política y la religión... cada vez que no estaba ingiriendo cantidades industriales de alcohol junto a sus amigos explotadores (piedreros e indocumentados) en alguna cantina de la zona roja de la capital.
Entre sus mayores aficiones, Marcelo disfrutaba de
intoxicarse deliberadamente con alcohol y cualquier otra droga al alcance de la
mano o del bolsillo (olvide mencionar su adicción a la cocaína…) para luego, en
un arranque hormonal de supuesta hombría acosar violentamente a cualquier mujer
(léase hueco con pelos) que osara acercársele...(esto a pesar de las medidas
cautelares impuestas tras sonados casos de violación y sadismo atribuidas a su
persona).